martes, 22 de enero de 2013

en el tren 2

-No, mis padres son magos-respondiste.
-¿Y no sabes quién es Harry Potter?-insistió Neville.
Esbozaste una mueca.
-Mis padres desaparecieron cuando yo era pequeña, eran algo así como científicos de volcanes-explicaste.
-¡Que guay! Mis padres eran aurores y se enfrentaron a quién-tú-sabes-comentó orgulloso.- Aunque supongo que si no sabes quién es Harry Potter tampoco sabes quién es quién-tú-sabes- Neville se puso colorado.
-Pues no-respondiste interesada.
-Veras, hace algo más de una década, había un mago tenebroso que mató a muchísima gente y odiaba a los muggles-asentiste instándole a continuar, Neville parecía contento de que le escuchases- Pero Harry Potter, cuando era un bebé lo derrotó, y eso que miles de magos murieron intentándolo, incluidos sus padres.
Te sentiste identificada con él, ya que tú tampoco tenías a tus padres contigo.
-¿Cómo lo hizo?
-Nadie lo sabe, ni siquiera él lo tiene muy claro. Lo que sí es cierto es que no salió con más rasguños que con una cicatriz en la frente.
-Vaya Neville, eres un buen narrador de historias.
Neville sonrió sonrojándose de nuevo.
-Hola Neville-una chica rubia pálida y de ojos claros abrió la puerta del compartimento. Llevaba unas gafas opacas a rayas y tenía una voz muy suave- Pasaba cerca y mis gafas me dijeron que teníais una conversación interesante-la chica te miró, o al menos eso supusiste, ya que no podías ver sus ojos.
Te presentaste a la chica.
-Yo soy Luna Lovegood-cerró la puerta del compartimento y se sentó enfrente de ti- ¿De qué hablábais?
-De Harry y quién-tú-sabes-le respondió Neville.
-Harry es buena persona, también tiene conversaciones interesantes-comentó Luna- ¿Quieres un quisquilloso? Las gafas vienen de regalo.-te ofreció.
-¿Qué es un quisquilloso? ¿Y cómo funcionan esas gafas?-Luna te tendió las gafas.
Te pusiste las gafas mientras Luna hablaba.
-Cuando te las pones puedes ver luces de diferente intensidad según el interés que despierte la conversación. Tú brillabas mucho, casi no podía ver las demás luces-Luna estaba brillando, incluso Neville, aunque éste último no decía nada sobre las gafas.
-Sus padres eran científicos de volcanes ¿sabes?-le dijo Neville a Luna.
-¡Oh! Esta semana hay un artículo sobre volcanes en el quisquilloso-Luna sacó una revista y dedujiste que eso era el quisquilloso.
-Mis padres desaparecieron-le aclaraste a Neville- Eso no significa que están muertos.
-Lo siento-se disculpó él.
-¿Cómo pudiste pensar eso, Neville?-le regañó Luna- Pudieron ser absorbidos por el vórtice mágico del volcán, haber hecho un hechizo que interfirió con la magia del volcán ¡o incluso estar en una misión secreta para el ministerio!-miramos a Luna sin entender del todo sus deducciones, sobre todo la última- Es cierto, los científicos son muy valiosos para el ministerio, pueden estar tanto en el mundo muggle como en el de los magos sin alterar el orden, y tienen que buscar explicaciones no-mágicas para la magia, ¿sabéis lo difícil que es eso?
Neville y tú negasteis con la cabeza.
-¡Pues es muy difícil!-insistió Luna.
La puerta del compartimento se abrió de nuevo.
-Sea lo que sea, no es verdad-una chica castaña con el pelo rizado sostuvo la puerta unos segundos y luego la cerró.
-¿Cómo sabes que no es verdad si no has oído todo lo que he dicho?-le preguntó Luna.
-Porque estoy segura que estás hablando sobre el quisquilloso.
-¡Pues no! ¡Estoy hablando de sus padres que están en una misión secreta para el ministerio!-la contradijo Luna.
La chica castaña de pelo rizado te miró cuando Luna te señalo.
-¿Y tú eres?-te preguntó.
Le dijiste tu nombre.
-Yo soy Hermione Granger, y no creo que tus padres estén en una misión secreta para el ministerio si lo ha dicho Luna.-dijo ella con seguridad.
-¡Sus padres no están muertos, sólo desaparecidos!-gritó de pronto Neville.
Se instauró un silencio incómodo.
-Yo-yo...-Hermione estaba mirándote nerviosa- Lo siento mucho, no lo sabía-se disculpó.
-Así que admites que están en una misión secreta para el ministerio-insistió Luna.
Hermione parecía que quería decir algo, pero se mordió los labios mirándote.
-No importa dónde estén, algún día les encontraré y se lo preguntaré.-sonreíste quitándole importancia al asunto- Entonces veremos quién tenía razón.
Luna pareció estar conforme, puesto que no insistió más en el tema. De hecho, te regaló una revista del quisquilloso y unas gafas.
Estuviste hablando con ellos y les preguntaste dónde podías comprar los libros y la varita, ya que te preocupaba el no poder estudiar y aprender como los demás. Les confesaste que al principio pensaste que la carta era alguna broma de tus padres o un reality show, que por eso habías decidido venir.
Todos se rieron, incluida Luna, al pensar que esperabas salir en la tele. Sabías que tus padres eran magos, pero eras demasiado pequeña cuando los vistes por última vez, por lo que no te acordabas que hubiesen mencionado Hogwarts ni la carta.

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