viernes, 8 de noviembre de 2013

Slytherin 1

Estabas cansada de estar sonriendo constantemente y asintiendo a todos los consejos que te daban en la mesa Slytherin, era curioso que todos afirmaran pensar humildemente en ti, sin la menor intención de lucro, y que era justo considerarlos a todos ellos tu familia... bla bla bla. Dejaste de escuchar y simplemente asentiste. Te parecieron bastante egocéntricos y pensante que quizá no deberías haber amenazado al Sombrero Seleccionador para que te pusiera en Slytherin. Quizá no deberías estar en esta casa... No te gustaba sentirte como si acabaras de ingresar en la mafia. Pero entonces pensaste en tus padres, y te diste cuenta de que todo sacrificio valía la pena por ellos. Tu lema siempre había sido "sin arrepentimientos" y sabías que te arrepentirías si no hacías todo lo posible y más por encontrarlos.
De repente todos se callaron y te observaron. Al parecer esperaban a que dijeras algo, y Draco te miraba más intensamente esperando una respuesta.
-¿Y bien?-insistió él.
Reaccionaste rápido.
-Estoy de acuerdo con lo que sea que quieras, D- Malfoy- te corregiste a tiempo antes de decir su nombre porque sabías que a Pansy le molestaba.
Draco sonrió satisfecho con tu respuesta.
Vendiste tu alma al diablo (uno muy atractivo, pero diablo al fin y al cabo) esperabas que mereciese la pena.
-Si ella va, yo también voy- una chica rubia de ojos celestes sentada cerca tuyo, se sonrojó al recibir aplausos en la mesa, después se volvió hacia ti y sonrió- Lo haremos bien-afirmó.- Soy Daphne Greengrass, por cierto.
Sonreíste de la misma forma y asentiste, aunque un sudor frío se asentó en tu cuello al no saber exactamente (no tenías ni idea) a lo que te habías comprometido.
Sentiste una mirada sobre ti, más pesada que las demás, por lo que buscaste en la mesa, y al final, en una esquina, con asientos vacíos a su alrededor, tu mirada se cruzó con la de un chico con el pelo azul oscuro. Él devoraba una manzana, pero aún así, no apartaba sus ojos de ti.
-Decidido entonces,-dijo Draco agarrando tu mano sobre la mesa y captando tu atención. Notaste una ligera arruga de molestia en su frente, y presentiste que aquel chico y Draco no debían de llevarse muy bien- Mi mascota y compañía-hizo un ademán con la mano hacia Daphne- se harán pasar por alumnos de Gryffindor al salir del comedor y averiguarán su contraseña para nosotros.
Oh-oh
-¿Y cómo saldrán cuando la averigüen?-preguntó Goyle- Una vez que todos entren en la sala común y ellas no... será difícil que puedan salir sin ser vistas. El toque de queda a las nueve ya habrá pasado y si se quedan las descubrirán.
-Silencio, Goyle-le calló Pansy, tras eso te miró con una sonrisa- Son auténticas Slytherin, sabrán arreglárselas- tuviste la sensación de que ella quería que fallases.
-Nuestro prefecto está en la enfermería, Goyle, por culpa de esos gemelos Weasley, debemos vengarnos-dijo Crabb, Draco le palmeó la espalda.
-Bien dicho Crabb.
-A no ser... que les falte valor, claro-añadió Pansy.
Todos os miraron
-El valor es de Gryffindor...-comentó Millicent a tu lado- Eso dijo el Sombrero Seleccionador.
Draco rió rompiendo el silencio que se había formado mientras Pansy fruncía el ceño hacia Millicent.
-Ahí te ha pillado, Pansy-todos rompieron a reír junto con Draco.-Además, si no lo hacen, más tarde nosotros no podremos colarnos en su sala común...-Draco os dirigió a ti y a Daphne una mirada de advertencia.
-Que suerte que no sólo vamos a intentarlo, sino que lo lograremos.
-Pansy, recuerda que eres la prefecta y que debes de cubrirlas esta noche si Snape pregunta algo.
-Sí...
La gente pareció haber terminado de comer, así que la comida desapareció de los platos.
 -Y ahora-dijo Dumbeldore-Os deseo buenas noches, los prefectos acompañarán a los de primer año a sus casas. Todos los alumnos del Gran Comedor, excepto los de Hufflepuff, se levantaron de sus mesas.
Daphne y tú os levantasteis dispuestas a iros con los de Gryffindor.
Tu corazón latía ensordecedoramente y te sudaban las manos, entonces sentiste como Millicent le daba un apretón a tu mano.
-Suerte-te deseo.
-Gracias-le sonreíste.
Seguiste a Daphne al salir del Gran Comedor y pronto os mezclasteis con los de Gryffindor, pero al doblar una esquina miraste hacia atrás y viste que aquella era tu última oportunidad de abandonar.
-Hazlo bien- Daphne le dió un apretón a tu hombro y se perdió por otro pasillo alejándose de los de Gryffindor.
Te había abandonado. Si no les seguías tú, ningún Slytherin conseguría la contraseña. Pero si Daphne no lo hacía, tú no tenías por qué hacerlo ¿no?

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lunes, 28 de enero de 2013

Gryffindor 1

Las cosas no podían ir mejor, pensaste con una amplia sonrisa. Al principio estabas asustada por ser de una familia muggle, pero con Fred, George, Lee y Ginny, supiste que no tenías de que preocuparte. Incluso ya tenías varita y tu jefa de la casa te había dicho que había un fondo especial para alumnos de padres muggles, eso te hizo relajarte aún más.
-Juro que Snape está cada año más feo-oíste que decía un pelirrojo al que no conocias.
-¿El jefe de la casa Slytherin?-recordaste.
-Es el profesor de Pociones-te aclaró una chica con una maraña de pelo castaña y rizada. Sin embargo, te pareció bastante guapa.- Hermione Granger-se presentó mirando al pelirrojo que antes había hablado para que hiciera lo mismo.
-Debe ser porque esta vez hay dos profesores de Defensa Contra las Artes Oscuras, ¡y ninguno es él!-intervino riendo un chico de pelo azabache, gafas y ojos verdes.
Tu viste que el pelirrojo tenía la boca llena y te adelantaste para no ver con exactitud qué estaba comiendo.
-Debes de ser Ron Weasley-el asintió. Tú habías recordado el nombre del otro hermano de Ginny que aún estaba en Hogwarts.
-Y éste es Harry Potter-dijo pasándole un brazo por los hombros al chico de gafas y ojos verdes.
Tú sonreíste y te presentaste, algo cohibida, pues al final si habías visto con exactitud que estaba comiendo Ron.
-Cierra la boca, Ron-oíste que le decía Harry quitando su brazo.
-Eso, ¡cierra la boca Ron!-dijeron los gemelos a la vez.
-Siempre he tenido curiosidad-Hermione miró a los gemelos- ¿Lo tenéis planeado o de verdad es cosa de gemelos eso de hablar a la vez?
-Es cosa de los gemelos Weasley-le respondieron ellos sacándole la lengua, de nuevo a la vez.
Hermione negó con la cabeza.
-¡No seáis malos con Hermione o se lo diré a mamá!-amenazó Ginny a Fred y George.
Ellos hicieron el símbolo universal de cremallera con sus bocas, de nuevo a la vez.
-Gracias, Ginny, pero no creo que te hagan caso durante mucho tiempo-le dijo Hermione.
-¡Ey, un momento!-se quejó Ron- ¿Por qué cuando Fred y George se meten conmigo no me defiendes igual?
-Porque es gracioso-le respondió Ginny haciendo que todos se rieran, incluida tú. Habías tenido razón, era cálido estar entre una familia numerosa.
-¿Sabéis? Ahora tenemos una nueva hermana-dijo Fred sorprendiendo a todos por su comentario.
-¿Has empezado a salir con Rose Zeller de nuevo?-le preguntó Harry.
-¡No! ¿Cómo puedes pensar eso?-Fred se hizo el ofendido.
-Nos referimos a ella-George te señaló- Es una Weasley postiza-afirmó.
-La vieja varita de Charlie la escogió-les informó Fred.
-Creía que las varitas sólo escogían a su mago una vez-comentó Ron sin parar de comer, a pesar de que todos parecían estar sorprendidos.
-Y así es, Ron-eso pareció volver a la realidad a Hermione- ¿Seguro que no es algún tipo de broma vuestra?
-¡No se bromea con la varita de Charlie!-dijeron ambos gemelos de nuevo a la vez como si fuera una regla.
 -Es verdad-corroboró Ginny- Tenías que habérmelo dicho- te dijo.
Tú te encogiste de hombros.
-¡Por eso sabíamos que acabaría en Gryffindor!-dijo George.
-Nos debes dos monedas de plata, Ron-le recordó Fred.
-¡Es trampa! ¡Vosotros sabíais lo de la varita de Charlie!-se quejó Ron.
-La varita que tienes no decide la casa a la que vas a ir-los gemelos señalaron a Hermione cuando dijo eso.
-Paga, Ron-insistieron ellos.
-¡Estoy comiendo!-siguió quejándose él.
-Tomad y dejad en paz a Ron por una semana-Harry les dio las dos monedas de plata.
-¡Gracias, Harry!-exclamó Ron.
-¿Qué es ese dinero?-preguntaste.
-Son sickles de plata, también hay galeones de oro y Knuts de bronce, es el dinero de los magos-te explicó Hermione.
-Se nos olvidaba deciros algo-comentó Fred.
George asintió.
-Es hija de muggles, y se ha enterado hoy de que es una bruja-Fred y George estallaron en risas, pero Fred logró continuar- Le pegó una bofetada a Lee cuando la llamó bruja.
Te sonrojaste hasta las orejas mientras todos reían algo sorprendidos.
-¡Bueno, vale ya!-dijo Ginny al mirarte- ¡Si molestáis a mi amiga, también me chivaré a mamá!
-Es nuestra hermana postiza-argumentó George.
-También tenemos que ser un poco malos con ella.-comentó Fred.
-¿Significa eso que también es mi hermana?-se lamentó Ron entre bocado y bocado.
-¡Sí!-le gritaron los gemelos.
-Pero creo que con impedir que Ginny se meta en líos vamos a tener suficiente-se quejó Ron- ayudar a otra de primero...
-¡Ron!-le regañaron Hermione y Harry a la vez.
-No te he pedido ayuda, Ron-le dijiste molesta por su sutil rechazo.
La gente parecía haber terminado de comer, así que la comida desapareció de sus platos.
-Y ahora-dijo Dumbeldore- Os deseo buenas noches, los prefectos acompañarán a los de primer año a sus casas.
Todos los alumnos del Gran Comedor, excepto los de Hufflepuff, se levantaron de sus mesas.
-¡Primer año Gryffindor! ¡Aquí!-gritó otro chico pelirrojo.
-Y ése es Percy, tu otro hermano Weasley-dijo Fred.
-Es muy severo y algo suceptible-comentó George.
-¡Sí! ¡Pero tenemos que seguirle!-dijo Ginny agarrándote de la mano y arrastrándote con ella.
Percy os guió a través del castillo, por unas escaleras que cambiaban a placer, hasta el retrato de una dama gorda, en el séptimo piso.
-¿La contraseña?-pidió el retrato.
-Luces de colores-dijo Percy.
Mientras el retrato dejaba ver la entrada a la sala común de Gryffindor, Percy avisó de que las contraseñas se cambiaban regularmente y que las clases empezaban a las 9. Luego instó a las chicas a ir a sus dormitorios a la derecha y a los chicos a la izquierda.
Cuando llegates a tu habitación, Ginny te explicó a Percy no le caía bien Harry y siempre intentaba quitarle méritos o corregirle. Por eso no le había contado entre sus hermanos, ¡porque estaba colada por Harry!-te confesó.
-¡Hola chicas!-se presentó una morena con el pelo rizado corto y los ojos negros- Soy Romilda Vane, ¡me pido la cama de la ventana!-y quitó las cosas de Ginny de la cama a pesar de que había una cama más cerca de la ventana, que también estaba ocupada.
Herbie ignoró todo el jaleo, estaba hecho un ovillo en tu cama, junto a una montaña de libros.
-¡Ey! ¡Esa es mi cama!-se quejó Ginny impidiendo que siguiera tirando sus cosas.
-Ya no-le dijo Romilda- He decidido que no me caes bien, si crees que Harry se va a fijar en ti, ¡vas lista!
-¿Me has oído?-le preguntó Ginny.
-¡Pues claro que te he oído!-la reprochó Romilda- ¿Harry, me pasas el jugo de calabaza? ¿Harry, cómo has pasado el verano?-imitó a Ginny- ¡Y ahora hasta en la habitación! ¿Sabes qué?-continuó imitando a Ginny- ¡Me gusta Harry!
-Estás celosa, y ¡no pienso cambiarte mi cama!-se negó Ginny.
Empezaron a forcejear con los equipajes de ambas, y Herbie empezó a ladrar, parecía estar riñéndolas por ser tan ruidosas. Tú no sabías cómo pararlas, así que intentaste calmar a Herbie primero.
-Parad...-ambas ignoraron tu vano intento.
-¡Callaros de una vez!-una chica castaña y de un moreno amazónico entró en la habitación instaurando el silencio y cerrando la puerta de un golpe.-¡No quiero que la habitación se convierta en una jaula de Pixies!
Romilda y Ginny la miraron algo intimidadas, incluso Herbie estaba observándola.
-Tú-te ordenó- A la cama junto a la ventana-así pareció acabarse la discusión.
Para relajar un poco el ambiente, te presentaste a ella, que parecía ser tres años mayor que vosotras.
-Yo soy Alicia Spinnet y tengo mañana a las 9 las pruebas para cazadora del equipo de quidditch-miró severamente a Romilda y a Ginny.
-Yo soy Romilda Vane-mostró una amplia sonrisa, parecía estar haciéndole la pelota- Espero que tengas suerte.
-Ginny Weasley-se presentó tu amiga- Siento el follón de antes, estoy segura de que lo harás bien, mis hermanos me hablaron bien de ti el año pasado.
-El año pasado golpeé a tus hermanos con una bludger al final de un partido.-Alicia sonrió al recordarlo- Sí, estoy segura de que no se les habrá olvidado la lección de cómo golpearlas adecuadamente.
-¿Qué pasó? ¿Qué pasó?-preguntó Romilda curiosa.
-Despejaron mal una bludger y golpearon a Angelina, una cazadora de nuestro equipo. Como no estaba segura de cuál de ellos había sido, les quité un bate y golpeé una para cada uno.
-Nuestra madre hace lo mismo a veces, esta harta de que se hagan pasar el uno por el otro.-Ginny rió con Alicia.
-Bueno, ha sido un placer conoceros, pero ya hablaremos mañana.-se despidió Alicia metiéndose en la cama.
-Buenas noches-dijo Romilda imitándola.
-Buenas noches-dijisteis Ginny y tú.
Dormiste bastante bien, incluso Herbie tuvo un sueño apacible, ya que apenas lo notaste moverse sobre tu cama. Sin embargo, te despertaste por la noche con la boca un poco pastosa.

-Si decides levantarte de la cama e ir a por un vaso de agua, pulsa aquí o ve a caminata.
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domingo, 27 de enero de 2013

Ravenclaw 1

El discurso fue esclarecedor para ti, intentaste no perderte ninguna palabra y memorizarlo todo, pero fue imposible. Sobrecarga de información.
-¿Qué es el quidditch?-oíste que preguntaba Bradley.
-Sólo es un deporte de magos que se juega sobre escobas-le contestó Marietta antes de llevarse el tenedor a la boca.
-Hay gente que te mataría por decir eso-dijo Luna con voz suave.- Y no es un deporte de magos sólo, los Gnomos de jardín también lo juegan.
-Eso te lo acabas de inventar-la contradijo Marietta.
-¡No! Salió en el Quisquilloso de la semana pasada, y ¡mis gnomos de jardín juegan quidditch!
-¿Usan escobas? ¿Y las bludgers?-le preguntó insistentemente Marietta.
-Bueno, no...
-Entonces no es quidditch-determinó ella.
Bradley, que había estado atento a la conversación como si se tratase de un partido de ping-pong, suspiró.
-Bien, ¿que hay del quidditch? ¿Es un deporte de magos o de gnomos? ¿Tenemos que traer uno como mascota para poder jugarlo?
Su última pregunta arrancó varias carcajadas en la mesa Ravenclaw, pero te fijaste en alguien que no se rió. Lo observaba todo en silencio, apoyando su cabeza sobre su mano, además, apenas había tocado la comida. Tenía un tono de piel muy tostado y el pelo azabache, pero lo que te impresionó fueron unos ojos verdes tan intensos que destacaban sobre su moreno.
-El quidditch es absolutamente un deporte de magos.-sus ojos eran severos a pesar de que tenía ss labios curvados en una sonrisa- Hay cuatro balones: la quaffle, las bludgers y la snitch dorada. Hay siete jugadores: el guardián, que supongo que tú llamarías portero, ya que protege tres aros de la quafle; tres cazadores que se pasan la quaffle para meterla en los aros; dos golpeadores con bates que alejan a las bludgers de los jugadores de su equipo; y el buscador, que tiene que coger la snitch dorada antes que el otro jugador. Otorga 150 puntos y finaliza el partido.-sus labios seguían curvados en una sonrisa.
-Gracias-le respondió Bradley algo avergonzado por su extensa explicación.
-Lo que yo decía, un deporte de magos sobre escobas-insistió Marietta.
-Si nunca has jugado quidditch, deberías dejar de decir eso-sentenció aquel chico avergonzando esta vez a Marietta.
-Si no te has presentado, tal vez no deberías conversar con nosotros-le devolviste su frase enarcando las cejas, instándole a que continuara.
Se impuso un silencio en la mesa Ravenclaw esperando su respuesta.
-Roger Davies, Capitán del equipo de quidditch de Ravenclaw-se presentó mirándote y esperando que hicieras lo mismo. Tu sonreíste sin amedrentarte y no sólo te presentaste tú, sino también a Bradley, Marietta y Luna.
-Roger-le llamó Luna- tal vez deberías motivarlos a presentarse a las pruebas de quidditch y no tratar de asustarlos-le reprendió.
-Si son de primero es poco probable que tengan algo que ofrecer-contestó Roger.
-No me interesa el quidditch-dijo Marietta.
Y antes de que Roger pudiera decir algo, Bradley exclamó:
-Yo me presentaré-Roger fijó sus ojos verdes en él, mientras Bradley fijaba sus ojos azules en ti- ¿Y tú?
-Claro, tengo curiosidad por ver algo de quidditch-accediste. Al fin y al cabo, sólo era presentarse ¿no? Incluso a lo mejor podrías darle una lección a Roger sobre lo que era capaz de hacer alguien de primero. Lástima que nunca antes hubieses jugado al quidditch.
La gente pareció haber terminado de comer, así que la comida desapareció de los platos.
-Y ahora-dijo Dumbeldore-Os deseo buenas noches, los prefectos acompañarán a los de primer año a sus casas.
Todos los alumnos del Gran Comedor, excepto los de Hufflepuff, se levantaron de sus mesas.
-¡Prefectos de Ravenclaw! ¿Dónde están los prefectos de Ravenclaw?-empezó a canturrear Bradley, sin darle importancia al anterior desplante de Roger.
-Luna-la llamó Roger, ella aún continua sentada, leyendo el Quisquilloso- ¿Has visto a Cho?
-Está llorando en los baños, Cedric no ha querido volver a salir con ella después de darse un tiempo en el verano-Luna le respondió sin despegar sus ojos de la revista.
Roger suspiró sonoramente y alzó la mano.
-¡Primer año de Ravenclaw! ¡Primer año!-Bradley dejó de canturrear sorprendido al escuchar a Roger- La cuestión es la siguiente: soy el único prefecto de Ravenclaw esta noche, a vuestra prefecta, Cho Chang, le han dado calabazas y no está disponible esta noche. Si os perdéis no es mi problema, ya que sois alumnos de Ravenclaw, usad vuestro cerebro y encontrad la casa.-se oyeron algunos sonidos de protesta- Quejas a Cho Chang, seguidme.-y empezó a andar.
Salisteis del Gran Comedor y observasteis como se encendían antorchas a los lados de los pasillos según andabais.
-Las escaleras cambian a placer, sólo agarraos a ella y buscad otro camino, no esperéis a que vuelva a cambiar-declaró Roger, cuando eso mismo pasó.
Seguisteis andando y subiendo escaleras hasta el Séptimo piso.
-Esto es la torre Ravenclaw, en el Séptimo piso por si no los habéis contado-especificó.
-¡Entonces todo el mundo sabe dónde está nuestra casa!-se quejó uno.
-Puede ser, pero no cualquiera puede entrar-Roger sonrió de lado- Dudo siquiera que vosotros podáis entrar.
-Lo dice porque hay que contestar correctamente un acertijo-explicó Marietta-Mi hermano me lo contó.
Os detuvisteis delante de la estatua de un águila, que empezó a hablar con voz monótoma:
-¿Qué es lo que aún no ha sido, que debe ser, pero cuando sea ya no lo será?
Se oyeron murmullos de gente que repetía la pregunta.
-Adelante, intentadlo. Por eso los de primero de Ravenclaw suelen ir en grupos, por si uno falla, lo responde otro. O al menos lo intenta.-Os retó Roger. Te pareció que intentaba demostrar su autoridad o la estupidez vuestra.
-¡El silencio!-dijo uno
El águila negó con la cabeza.
-¡Idiota! ¡Ése es otro acertijo diferente!-le regaño otro.
Aquello hizo reír a Roger.
-Si aún no ha sido, es un suceso futuro  seguro-oíste que razonaba Bradley en voz- el cuál, en presente ya no lo será, pero ¿qué demonios es?-te miró a ti al ver que le escuchabas.
-¡El día de mañana!-respondiste según las pistas de Bradley.
El águila se movió dejando ver una entrada a un salón con alfombras y sillones azules.
-¡Sí!-gritasteis Bradley y tú chocando las manos.
-Es un acertijo muggle-oíste que decía Marietta mientras entrabais.
Roger no dijo nada, sólo te observó atento, y luego observó a Bradley.
-Dormitorio de las chicas arriba y a la derecha, dormitorio de los chicos arriba y a la izquierda-mientras Roger hablaba observaste la sala común de Ravenclaw, parecía que la mitad era una pequeña biblioteca, y las chimeneas estaban encendidas con un gran fuego, como si llevaran tiempo así.-Y a vosotros dos,-Roger os señaló a Bradley y a ti- os espero en campo de quidditch a las 9, no os preocupéis por las clases.
Cuando Marietta y tú subisteis a vuestro dormitorio, te fijaste en que ya había una chica en él, estaba abrazando a Herbie. Tu perro, al ver que habías llegado, se soltó con algo de esfuerzo de la chica y fue a saludarte.
-Lo siento-dijo la chica secándose las lágrimas-Estaba un poco triste, y tu perro me animó.-cuando te miró a los ojos, dedujiste que era japonesa o china.
-Pues al parecer no lo hizo muy bien-comentó Marietta ignorándola y dirigiéndose a su cama a ver sus cosas.
-¡Marietta!-la regañaste. Luego te volviste hacia la chica- ¿Por casualidad no serás Cho Chang, la prefecta desaparecida?-le preguntaste.
-Sí...-afirmó.- ¡Ay, no!-dijo recordando- Tenía que acompañar a los de primer año.
-Ese Roger parecía bastante molesto-comentó Marietta.
Cho gimió.
-Marietta...-la avisaste.
-Pero mañana tiene que estar con ella y algunos más en el campo de quidditch-continuó- Poco probable que le veas entonces ¿no?
Eso pareció sorprender a Cho, que volvía a tener a Herbie a su lado.
-¿Vas a hacer las pruebas para el equipo de quidditch? ¿Roger no te ha dicho que ni lo intentes?
La puerta del dormitorio se abrió y apareció Luna.
-Todo lo contrario-dijo Luna con voz suave como si siempre hubiese estado allí- Como tú no estabas intenté hacer de prefecta y le dije que debía de motivarlos.
-¡Sabía que eras tú la que faltaba como nuestra compañera de cuarto! ¡Tienes toda una pared empapelada con pósters y artículos del Quisquilloso!-dijo Marietta.
Te volviste y observaste que Marietta no había exagerado.
-Vaya Luna, es impresionante, yo nunca consigo que Roger sea más amable-se lamentó Cho.
-Bueno, Luna le dijo que debía motivarnos, pero más bien nos dijo que "dudaba que hubiese algo que mereciese la pena entre los de primero"-hiciste una pausa recordando- Luego Bradley dijo que se presentaría y me animó a hacer lo mismo.
-A mi no me interesa el quidditch, pero ese Roger se merece un...-Marietta se acercó a la pared a leer un artículo del Quisquilloso-... torposoplo en el trasero.
Eso os arrancó una carcajada a todas.
Te acercaste a tu cama y viste que había una carta encima de ella.

Debido a su falta de material, le informo de que mañana a las 9,
deberá presentarse en la sala común y esperarme. 
Solucionaremos su problema
Atentamente  Filius Flitwick,
Jefe de la casa Ravenclaw


-Marietta-la llamaste al terminar de leer tu carta- ¿Roger dijo que debía de estar mañana a las 9 en el campo de quidditch?
-Sí, 
-¿A las nueve?-repetiste.
-Sí, ¿por qué?
-Porque no creo que pueda estar en dos lugares a la vez.

-Si decides ir al campo de quidditch, pulsa aquí o ve a Pruebas Quidditch
-Si decides hacer caso a la carta, pulsa aquí o ve a Varita.



viernes, 25 de enero de 2013

Hufflepuff 1

La gente se abalanzó sobre la comida bastante emocionada.
-¡Esto es lo que más he hechado de menos de Hogwarts!-oíste que dijo una chica morena, con el cabello largo y rizado.
Cedric Diggory rió al escucharla.
-Definitivamente está entre la lista de cosas que yo he hechado de menos-le respondió.
-¿Pero todos los días se come así de bien?-les preguntó Susan.
-¡Sí!-chilló emocionada la chica- ¿Otra amante de la comida, como yo?
-Susan Bones-se presentó tu amiga.
-Rose Zeller-se presentó la chica- ¡Hey! ¡Y tú eres la de la chapa!-te reconoció.
Le recordaste tu nombre.
-Si quieres un consejo para no meterte en líos, es "ten cuidado con los gemelos Weasley".
-Rose, no la asustes.-la regañó con delicadez Cedric- Es cierto que son algo peculiares, pero se puede confiar en ellos.
-Para que te manden a la enfermería-rezongó Rose.
Cedric suspiró y negó con la cabeza.
-¿Nos hemos perdido algo? ¡Me encantan las historias!-pidió Susan.
-Convencieron a Rose para probar unas pastillas vomitivas-dijo Cedric.
-¡Dijeron que no me pasaría nada!-le interrumpió Rose- Sólo tenía que tomarme un trozo de la pastilla me pondría a vomitar, me tomaba el resto y ¡como nueva!
-¿Y qué pasó en realidad?-preguntaste.
-Es algo difícil tomarte un trozo de pastilla mientras estás vomitando-comentó Cedric.
-Él tuvo que llevarme a la enfermería-Rose señaló a Cedric con el pulgar- Pero lo peor, ¡es que yo estaba saliendo con Fred!-confesó- Puedo entender que le pida un favor a su novia, ¡pero es que les pedían a todas las chicas de la escuela ser sus calderos!
-¿Calderos?-preguntaste sin entender. Susan tampoco lo entendió.
-Veamos... Conejillo de indias-aclaró Cedric.
-¡Ah!-contestasteis las dos entendiendo.
-Pero son dos-intervino Susan de repente- Pudo haberlo hecho el otro.Ya sabes, es típico de los gemelos, está el bueno, y el malo.
-Créeme, los dos son malos- Rose bufó.
-Es fácil distinguirlos-interviniste haciendo que todos te miraran- Fred es más sociable, el que primero suele hablar con los demás, George le sigue. Es algo más... tímido, no,-negaste- cerrado quizás, menos personal cuando habla. Y le encanta corregirte-recordaste.
-¿Desde cuando los conoces?-te preguntó Rose.
-Hoy, en el tren-especificaste.
-¿Y lo sabes ya? Me da miedo lo que puedas saber de mí mañana-bromeó Cedric.
-¡No te preocupes!-Susan te pasó un brazo por los hombros arrimándote a ella- ¡Sabemos guardar secretos!-y te puso un vaso de leche delante de ti, como retándote a que te lo bebieras- Lo he perfeccionado un poco desde hace una semana-te advirtió.
Tú te reíste al recordar cómo te contó que a su hermana la leche le salió por las orejas, y te negaste a beberla entre risas.
-Ahí me parece que hay una historia-comentó Cedric.
Antes de que Susan pudiera hablar, tú dijiste:
-Si te la cuenta lo más probable es que no vuelvas a beber leche-eso pareció enfurruñar a Susan-Al menos no delante de ella-especificaste.

La gente pareció haber terminado de comer, así que la comida desapareció de los platos.
-Y ahora-dijo Dumbeldore- Os deseo buenas noches, los prefectos acompañarán a los de primer año a sus casas.
Todos los alumnos del Gran Comedor se levantaron, así que tú también, hasta que te fijaste que eran todos, menos los de la mesa de Hufflepuff.
-Tranquilas-dijo Cedric sonriendo-yo soy el prefecto de Hufflepuff, Hannah también, pero está en el otro extremo de la mesa. Quedaos sentadas hasta que se vacíe un poco el Gran Comedor.
-Es un secreto-Rose os guiñó un ojo- No podéis decirle a los de las otras casas dónde está Hufflepuff.

Cuando el Gran Comedor se vació, los alumnos de la mesa de Hufflepuff se levantaron, y tú los seguiste a las cocinas, donde vistes un montón de seres arrugados con orejas puntiagudas, esqueléticos y de diferentes tonos de marrón vestidos una camisa o un jersey tan sólo. Te sorprendiste cuando uno de ellos de miró, pues sus ojos eran grandes y le ocupaban la mayor parte de la cara.
Le diste la mano a Susan.
-¿Qué son?-preguntaste.
-Son elfos domésticos, trabajan para Hogwarts.-te respondió Cedric.
-¿Ellos hacen toda esa maravillosa comida?-preguntó sorprendida Susan.
-¡Gracias, señorita!-respondió uno de los elfos sorprendiéndoos al escuchar su voz tan aguda.
Os disteis por respondidas.
Cedric giró a la derecha y entró en lo que parecía ser la bodega.
-Ahora prestadme atención-pidió cuando una chica de nariz chata, pecosa y castaña con el pelo rizado y largo se situó a su lado.- Es el tercero a la izquierda, y son tres toques, ni uno más, ni uno menos.
-Si os equivocáis lo más probable es que acabéis apestando o en otra parte del castillo-le interrumpió la chica que estaba junto a él.
-Esa debe de ser Hannah, la otra prefecta-te susurró Susan al oído.
-Tercero a la izquierda y tres toques-repitió Cedric.
Él se dirigió al tercer barril y golpeó lo golpeó tres veces.
Él barril se abrió, y os alumnos empezasteis a entrar.
-¿Crees que cabremos todos ahí dentro?-le preguntaste a Susan.
-Es un colegio de Magia-te recordó Susan.
Cuando cruzaste el umbral, fue un salón con unos esplendorosos sillones y sofás negros y amarillos lo primero que vistes. También había una gran chimenea en medio de la sala común. Y además de algunas mesitas de estar, había unos pocos barriles que también se usaban como mesas.
-Dormitorios de los chicos, a la izquierda-había unos túneles entre las dos chimeneas-Dormitorios de las chicas, a la derecha.-Y Cedric te miró y sonrió- Sed puntuales mañana, las clases empiezan a las nueve.
-Encontraréis que vuestras pertenencias están en vuestr..¡Aaaah!-Hannah, la prefecta, pegó un grito cuando una bola de pelo negra bajó por las escaleras rozándola.
-¡Herbie!-gritaste riendo contenta cuando éste saltó a tus brazos.-Me has echado de menos, ¿verdad?
Mientras acariciabas a Herbie, algunos alumnos rieron.
-¡Es precioso! ¡Qué lindo!-dijeron unos pocos acercándose.
-Sí-corroboraste cuando intentó chuparte la cara- Y le encanta que se lo digan- Herbie se dejó acariciar por tus compañeros.
-Como iba diciendo-continuó Hannah- vuestras pertenencias están en vuestros dormitorios-y se marchó. Aunque segundos después se asomó y observó a Herbie- Sí que es bonito, sí-admitió.
Susan y tú fuisteis a vuestros dormitorios. Resultó que los compartíais con dos chicas, una se llamaba Hepzibah y otra Summers.
Te fijaste también en que había un montón de libros junto a tu equipaje.

-Si inspeccionas tus libros, pulsa aquí o ve a Carta
-Si no inspeccionas tus libros, pulsa aquí o ve a clase 1

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jueves, 24 de enero de 2013

Dumbeldore 1

Desviaste tu vista al techo, sorprendida al comprobar que... ¡contemplabas el cielo! Además no había lámparas, sólo un montón de velas que levitan a diferentes alturas sobre vuestras cabezas.
Un hombre anciano, con la barba que casi le llegaba hasta el suelo, se levantó de la mesa que presidía en el comedor y todas las conversaciones cesaron. Llevaba un sombrero y una túnica púrpuras.
-Para los que ya me conocéis-parecía tener bastante energía, la cuál no concordaba con la impresión que tú tenías de su edad.- me presento de nuevo; y para los que no ¡Me llamo Albus Dumbeldore!¡Bienvenidos!-hizo una pequeña pausa y carraspeó- Soy el director de este centro otro año, y estoy encantado de conoceros. ¡Bienvenidos a Gryffindor donde abunda el valor!-los de Gryffindor aplaudieron- ¡Bienvenidos a Ravenclaw, donde prevalece la inteligencia!- en Ravenclaw aplaudieron más moderadamente- ¡Bienvenidos a Hufflepuff, la lealtad os acompañará toda la vida!- En Hufflepuff aplaudieron tanto o más que los de Gryffindor- ¡Bienvenidos a Slytherin, el ingenio os dará la fama!-en Slytherin el estruendo fue mayor, porque usaron los cubiertos y dieron patadas al suelo- Y para todos, de nuevo o no ¡Bienvenidos a Hogwarts!-todo el Gran Comedor, incluidos los profesores estalló en aplausos.- Os presento también de nuevo o no, a la profesora Minerva Mcgonagall, jefa de la casa de Gryffindor, subdirectora del centro y profesora de Transformaciones- la primera profesora que habías visto, asintió mientras el Gan Comedor se sucedía aplaudiendo con la presentación de cada profesor- A los profesores Gilderoy Lockhart de Defensa Contra las Artes Oscuras, y al profesor Remus Lupin, de Defensa Contra las Artes Oscuras Avanzadas- el profesor Lupin te pareció bastante normalillo, pero el profesor Lockhart te pareció un modelo de revista que estaba posando. "Ni tanto, ni tan calvo" pensaste- Al profesor de Pociones y jefe de la casa de Slytherin, Severus Snape- Slytherin volvió a aplaudir ruidosamente- A la profesora Aurora Sinistra de Astronomía- tenía el pleo corto y moreno, parecía tan joven que podrías confundirla con una alumna del último curso- A la profesora Pomona Sprout de Herbología, jefa de la casa de Hufflepuff- Hufflepuff aplaudió con más entusiasmo a una profesora con el cabello corto, rizado y canoso, con una túnica y gorro verdes adornados con hojas- A la profesora Sybill Trelawney de Adivinación- tenía el pelo castaño canoso, rizado y largo además del aspecto de una adivina de feria- A nuestro guardabosques, Rubeus Hagrid como profesor de Cuidado de las Criaturas Mágicas-reconociste al gigante que gritaba primer año en la estación- A Rolanda Hooch como profesora de Vuelo y árbitro de los partidos de quidditch- esta profesora también parecía joven, pero tenía el pelo canosa y despuntado además de unos ojos amarillentos y algunas arrugas alrededor de los ojos- A nuestro querido profesor de Historia de la Magia, Cuthbert Binns- el profesor Dumbeldore te miró, al igual que todo el comedor. Te diste la vuelta y tiraste una copa, que por fortuna estaba vacía al igual qu toda la mesa. ¡El profesor Binns era un fantasma!- A la profesora Bathsheba Babbling de Runas Antiguas- era castaña y llevaba el pelo recogido en una coleta sin cuidado. También tenía una nariz aún más prominente que la del profesor Snape- A la profesora Charity Burbage de Estudios Muggles-realmente tenía el aspecto totalmente muggle entre los profesores con sus pantalones y su chaqueta vaqueras- Y por último y no menos importante, ¡Al profesor de Encantamientos y jefe de la casa de Ravenclaw, Filius Flitwick!-hizo una pausa mientras todos aplaudían, especialmente Ravenclaw, a un profesor que se parecía bastante a lo que pensabas que podría ser un duende.- Hay dos reglas que debéis de seguir para estar en Hogwarts: a partir de las 9 de la noche, sólo podréis estar en la sala común de vuestra casa, y la otra es que nunca entréis al Bosque Prohibido a no ser que un profesor os acompañe.También debéis saber que vuestros triunfos serán puntos para vuestra casa, mientras que cualquier infracción será penalizada con la extracción de ello. Al final de curso la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de casas, un gran honor y orgullo. Por último debo recordaros, que a lo largo de esta semana se harán las pruebas de los equipos de quidditch de las casas, mucha suerte a los que queréis presentaros. Y sin más dilación... ¡A tragar engullir y zampar!-el profesor Dumbeldore dio una palmada, y los platos de todo el Gran Comedor se llenaron de pronto con patatas, judías, ensaladas, puddins, bizcochos, frutos secos, dulces, galletas, filetes, pescados y un montón de guisos.

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Sombrero Seleccionador 3

Rectificar es de sabios, pensaste. Quizá tus padres fuesen algo importantes, pero eso a ti no te importaba. Sonreíste falsamente para evitar de que se dieran cuenta de lo que pensabas, y como el tren aminoró la marcha poco después te bajaste enseguida con tu equipaje y con Herbie dispuesta a averiguar cosas sobre tus padres por tu cuenta.
Cuando bajaste del tren chocaste con una chica bastante bajita y delgadita con el cabello castaño o rojizo, no lo tenías claro.
La chica siguió adelante ignorándote.
Una mano de agarró por el codo pensando que te ibas a caer.
-¡Eh, cuidado, mira por dónde vas!-la regañó un chico de ojos azules y con el cabello corto, castaño oscuro o moreno. Parecía bajito, sin embargo era más alto que la chica con la que habías chocado.
El chico te soltó el codo y sonrió.
-Me llamo Bradley Chambers, y la chica con la que acabas de chocar es Marietta Edgecombe. Discúlpala, ella es de primer año y quiere ser la primera en llegar.
-¡Primer año! ¡Primer año por aquí! ¡Dejad el equipaje en el andén!-gritó un hombre corpulento con barba y que debía medir más de dos metros.
Tú soltaste el equipaje que tenías agarrado, y Bradley sonrió haciendo lo mismo.
-¡Vaya! ¡Eres de primer año! ¡Yo también!-dijo emocionado- ¿Cómo te llamas?
Le dijiste tu nombre, y te fijaste que le salía un hoyuelo cerca del ojo izquierdo cuando sonreía. Era guapo.
Seguisteis a Hagrid hasta un lago en el que había unas canoas en la orilla.
-¿Sabes?-dijo Bradley mirando a una chica rubia, pálida, y de ojos claros.-Esa chica no es de primero, pero está empeñada en hacer este recorrido, dice que da buena suerte.
-¡Poneos por parejas y subiros a una canoa, o no se moverán!-gritó el que gigante que os guiaba.
Bradley y tú os pusisteis en la misma canoa.
-¿Te has fijado en las gafas opacas y a rayas que lleva? ¿Es alguna moda de magos?
Sonreíste cuando Bradley pareció avergonzado por no saberlo y lo disimuló sonriendo más ampliamente.
-Lo siento-continuó- Mis padres son muggles, y no sé mucho sobre el mundo de la magia.-se excusó.
-Bueno-admitiste- mis padres son magos, pero he estado viviendo en el mundo muggle-dijiste entrecomillas haciéndole reír- Así que tampoco se mucho.
-Guay-dijo él guiñándote un ojo y turbándote un poco al ver de nuevo ese hoyuelo- Aprenderemos juntos-prometió.
Llegasteis al castillo y entrasteis.
Una bruja con lo que tu consideraste que era un estereotipo de disfraz de Halloween con su sombrero puntiagudo pidió que os callarais. Ella se presentó como Minerva Mcgonagall, la subdirectora del colegio y la jefa de la casa de Gryffindor.
Os explicó que no teníais que preocuparos por nada, que entraríais en el comedor en fila y que cuando dijera vuestro nombre os sentaríais en un taburete y os pondría el Sombrero Seleccionador. Luego éste diría vuestra casa e iríais a sentaros a la mesa que aplaudiera.
 Te pareció bastante sencillo, pero te sorprendiste cuando la profesora Mcgonagall dijo tu nombre y que no había recibido tu lechuza que confirmaba tu asistencia al centro.
-Se me olvidó-dijiste sin querer admitir que no tenías lechuza.
Algunas personas se rieron, pero eso quedó en el olvido cuando se abrieron las puertas del Gran Comedor.
Entrasteis en el gran comedor en filas de dos y te fijaste en los cuatro colores de estandartes que había: escarlata con un león dorado, esmeralda con una serpiente plateada, azul con un águila en bronce, y amarillo con un tejón negro.
-El azul es bastante bonito ¿no crees? ¡Hace juego con mis ojos!-bromeó Bradley, seguramente para disimular sus nervios.
Cuando dijeron tu nombre, te sentaste en el sombrero seleccionador y viste cómo Bradley te hacía un gesto de buena suerte con el pulgar y luego vocalizaba sin hacer ningún sonido:
"Azul".
Eso te hizo reír.
-¡Esta claro!-gritó el Sombrero Seleccionador sorprendiendo a todos- ¡Tienes curiosidad, una mente dispuesta, eres lista! Y lo más importante-dijo haciendo una pausa-¡Te gusta el azul! ¡Ravenclaw!
La mesa de los estandartes azules rompió en aplausos, mientras se oyeron algunas risas por el gran comedor.
-¡A nosotros también nos gusta el azul!-dijeron dos pelirrojos idénticos desde la mesa de estandartes escarlatas con el león dorado.-¡Y somos de Gryffindor!
Mientras te dirigías a tu mesa, que estaba junto a la de Gryffindor, la profesora Mcgonagall les mandó callar y les dijo que deberían estar alegres de estar todavía en Hogwarts a pesar de todas las trastadas que habían hecho.
Varios alumnos de Gryffindor rieron.
Cuando te sentaste en la mesa, estrechaste varias manos y escuchaste varios nombres, y tú reconociste a una chica rubia pálida, de ojos claros.
-Luna-dijo ella sonriendo por si acaso no lo sabías- Enhorabuena por estar en Ravenclaw.
Poco después, Bradley y Marietta se sentaron junto a ti en la mesa.

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PLUS

Sombrero Seleccionador 4

Reíste el eufemismo de Draco.
-¿Y ésta quién es?-le preguntó la chica a Draco como si tú no estuvieras allí.
Draco se encogió de hombros sonriendo y te miró esperando que tú contestaras. Era una prueba.
-Una futura Slytherin, Draco me estaba explicando un poco como van las cosas por aquí-percibiste que a ella le molestaba que le llamaras Draco- Espero que no te moleste que tu novio, Malfoy-te corregiste de tu anterior error, querías caerle bien- me preste un poco de atención.
La chica sonrió con un leve rubor bajo los ojos, que no percibirías si no te fijabas.
-Soy Pansy Parkinson-se presentó la chica.
-No soy su novio-te corrigió Draco como si en realidad no le importase.
Oíste como Pansy susurraba "aún".
Te presentaste a Pansy.
-¿Y cómo estás tan segura de que acabarás en Slytherin?-te preguntó Goley haciéndose notar. Tú ya te habías olvidado de que ese chico moreno estaba allí.
-Porque tenemos un trato-respondió Draco por ti.
Así era, él había dicho que tenía "contactos" y tu querías aprovechar la oportunidad para usarlos y encontrar a tus padres.
La puerta del compartimento se abrió, y entró Crabb, al que Draco había mandado por ranas de chocolate. Llevaba un montón de cajitas azules y doradas con forma de pentágono.
-¡Por Harry Potter, Crabb!-maldijo Malfoy cuando a Crabb se le cayeron cuatro cajitas-¡No tenías que haber comprado tantas!
Pansy recogió dos cajitas del suelo y te tendió una.
-No te preocupes Draco, nosotras nos comeremos algunas-imitaste a Pansy y tiraste de un hilo que había en una punta.
Al instante unas ranas salieron de un salto croando. Estaban hechas por completo de chocolate.
Pansy agarró la suya con agilidad, pero la tuya estaba cerca del portaequipajes, y cuando dejó de croar, supusiste que Herbie se la había comido.
-Mala suerte-dijo Goley.
O buena suerte, pues parecían tan reales, que estabas segura de que no habrías podido comértela.
Draco, Crabb y Goley abrieron sus cajitas y se comieron las ranas.
Te fijaste en que al fondo de la cajita había una foto que reconocías.
-¡Ah!-gritó Pansy tirando su cromo al suelo y pisándolo.
-¿Qué pasa Pansy? ¿Te ha tocado un duende de Gringots?-bromeó Malfoy.
-¡No! ¡Ojalá!-gritó ella-¡Me ha tocado Harry Potter! ¡Es tu culpa por usar su nombre para maldecir!
-¿Harry Potter?-preguntó Crabb como si no llegara a entender.
-¡Sí! ¡Harry Potter, Harry Potter!-gritó Pansy.
-¡Maldito excremento de hipogrifo! ¿Cuando demonios consiguió que le sacaran en los cromos?-le criticó Draco.
-Es un mago famoso, y la colección es de magos famosos-dijo Goley.
-¡Cállate Goley!-Pansy y Draco hablaron a la vez.
Te agachaste y recogiste el cromo para observarlo de cerca.
-¿No ibas a ser una Slytherin?-te dijo Draco- Primera regla: ¡Odias a Harry Potter!
-Me encantaría-le replicaste como si hablaras con un niño mientras empezabas a leer- Pero no tengo ni idea de quién es.
Harry Potter
Actualmente estudia en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, en la casa Gryffindor. Es un célebre mago por derrotar a quién-no-debe-ser-nombrado cuando tan sólo tenía un año de edad, acabando así con lo que se conoce como la Primera Guerra Mágica o la Gran Época Oscura de la Magia. Se esperan grandes cosas de él.

-¿Estudia en Hogwarts?-preguntaste sorprendida al leerlo.
-¿Dónde narices has estado viviendo para no saber quién es ese malnacido que se revuelca con los sangre sucia?
-¡¿No será muggle?!-preguntó Pansy escandalizada.
Tú negaste con la cabeza y sacaste el cromo que a ti te había tocado:

Gregor Smith (1972-1998)
Célebre explorador especializado en volcanes, antiguo alumno de la casa Ravenclaw de Hogwarts, premiado con el título al mejor mago en 1996, y descubridor del parentesco entre la Piedra Pómez de los muggles y el Bezoar de los magos junto con Cecily Smith. Visto por última vez en Pompeya en 1998, junto con su esposa Cecily.

-Éste es mi padre-dijiste sorprendiéndolos a todos.
Draco te arrebató el cromo de las manos y lo leyó en voz alta sonriendo complacido.
-¿Y tu madre? ¿Cecily?-preguntó Pansy.
Tú asentiste.
-Me parece que eres digna de ser una Slytherin.-comentó Draco.
Pansy frunció el ceño, molesta porque Draco te prestara atención.
-¡Eso no quita que no conozca a Harry Potter! ¡Seguro que tampoco conoce al Señor Tenebroso!-exclamó Pansy.
-Pues no-dijiste volviendo a sorprenderlos a todos.
-El Señor Tenebroso es un mago que favorecía a los sangre limpia como nosotros-te explicó Draco- Hubo algún accidente con un hechizo y Harry Potter se llevó toda la fama de haberlo derrotado, pero él sigue por ahí en algún lado.-añadió lo último convencido.- Como tus padres, está desaparecido.
-¡Es una inepta, Draco!-le interrumpió Pansy, molesta de que volviera a prestarte atención.
-Lo he decidido-te señaló sonriendo y dijo- ¡Serás mi mascota! ¡Te ordeno que entres en Slytherin!
-¡¿Qué?!-exclamó Pansy todavía más molesta, cuando el tren empezó a aminorar la marcha y paró. Pansy pareció cambiar de estrategia y sonrió- ¡De eso nada! ¡Es una chica y yo le enseñaré todo lo que una Slytherin debe saber!- y se colgó de tu brazo como si fuerais las mejores amigas.
Los chicos empezaron a sacar sus equipajes, por lo que Pansy se despidió y se marchó a por el suyo.
Draco te ayudó a bajar el tuyo.
-¿Cómo se llama esa bola de pelo?-preguntó señalando a tu perro.
-Herbie-dijiste.
-Estoy seguro de que le encantará a ese zopenco de Hagrid-comentó Draco con desprecio- Búscalo cuando salgas del tren, no tiene pérdida, es medio tonto y medio gigante.
Bajaste del tren y en seguida viste a un hombre corpulento y de algo más de dos metros que gritaba "Primer año, primer año".
-Recuerda mascota-te dijo Draco como despedida- Slytherin.
Te acercaste a él junto con una masa de personas y empezasteis a andar hasta llegar a un lago, en el que en la orilla había unas cuántas canoas.
-¡Subid por parejas o no se moverá la canoa!-gritó Hagrid.
-¡Bájate de la canoa!-le gritó una chica a un chico bajito y sonriente que estaba ya sentado en una.
-Puedes subirte si quieres-dijo el chico algo menos sonriente.
-¿Eres muggle o qué? ¡No quiero caminar más y no voy a subirme en una canoa con alguien que tiene una cara de alelado que apesta a Hufflepuff!-la chica le agarró de la túnica y le tiró al agua.
Hagrid, al ver que uno de los alumnos estaba en el agua gritó:
-¡Tened cuidado por dónde piséis y no os resbalaréis!
-¡Atontada!-te dijo a ti la chica que había tirado al otro de la canoa. Era algo corpulenta y con el pelo largo, lustroso y moreno. Podría tomarse por guapa si no fuera por la mueca que tenía en su cara, su nariz demasiado chata, y sus ojos demasiado pequeños.-¡Sube a la barca, no tengo ganas de esperar más!
-Qué lástima para ti-dijiste con sarcasmo- yo no respondo al nombre de atontada, pero sí al de su majestad-te burlaste.
La chica sonrió.
-¡Sube!-te animó esta vez sonriendo- ¡Me caes bien, me llamo Millicent Bulstrode!-se presentó.
Tú te subiste y le dijiste tu nombre.
Estuvisteis hablando en la canoa, y os reísteis cuando visteis la cara de atontados que tenían todos cuando el castillo de Hogwarts apareció a la vista. Descubriste que Millicent era bastante simpática contigo,  que era fan del equipo de quidditch de los Grifos del Norte (abreviación de hipogrifos). Sus padres trabajaban en el Ministerio y se encargaban de las relaciones entre los duendes de Gringots y los magos.

Llegasteis al castillo y entrasteis. Una bruja con lo que tu consideraste que era un estereotipo de disfraz de Halloween con su sombrero puntiagudo pidió que os callarais.
Ella se presentó como Minerva Mcgonagall, la subdirectora del colegio y la jefa de la casa de Gryffindor. Os explicó que no teníais que preocuparos por nada, que entraríais en el comedor en fila y que cuando dijera vuestro nombre os sentaríais en un taburete y os pondría el Sombrero Seleccionador. Luego éste diría vuestra casa e iríais a sentaros a la mesa que aplaudiera.
 Te pareció bastante sencillo, pero te sorprendiste cuando la profesora Mcgonagall dijo tu nombre y que no había recibido tu lechuza que confirmaba tu asistencia al centro.
 -Pues la confirmo ahora-dijiste, y Millicent soltó una carcajada, ganándose una severa mirada de la profesora.- Bueno, ¿estoy aquí, no?-añadiste con una sonrisa.
 Entrasteis en el gran comedor en filas de dos y te fijaste en los cuatro colores de estandártes que había: escarlata con un león dorado, esmeralda con una serpiente plateada, azul con un águila en bronce, y amarillo con un tejón negro.

 La verdad es que sólo te fijaste en el de la serpiente, pues en esa mesa estaba Malfoy. Fueron diciendo nombres y tú aparentaste tranquilidad, no te importaba cuánto tardase el Sombrero Seleccionador, pero si hacía falta lo plancharías hasta que dijera Slytherin.

Te pareció una amenaza bastante apropiada para él y reíste un poco. -¿Qué pasa?-te preguntó Millicent.
-¿No crees que alguien debería planchar el Sombrero?-sin embargo, ella te miró confusa. Tú imitaste el gesto de planchar.
 -¿Qué es planchar?-preguntó ella.
-No importa-dijiste cuando el Sombrero dijo el nombre de Millicent. Ella acabó en Slytherin, y pensaste que tenía mucha suerte.
Después dijeron tu nombre, y te sentaste en el taburete.
-Mmm... murmuró el Sombrero Seleccionador- Difícil, eres lista, pero también muy ambiciosa-Ravenclaw o Slytherin te vendrían bien.
Te despistaste y pensaste que a Ravenclaw había ido tu padre.
-Con que tienes familia que fue a Ravenclaw, buenos genes...-siguió murmurando el Sombrero.

Tú pensaste con todas tus fuerzas "¡Slytherin, tengo que encontrar a mis padres! ¡Slytherin, o te plancho!"
-¿Quieres plancharme?-el Sombrero no supo a lo que te referías, pero se oyeron algunas risas por el Gran Comedor- Dado que es importante para ti, y tienes una gran ambición... ¡SLYTHERIN!
La mesa con los estandartes verdes con la serpiente plateada, rompió en aplausos.
-¡Lo sabía!-oíste que decía Pansy mientras los demás te felicitaban.
-¡Enhorabuena, mascota!-gritó Draco cuatro asientos más a la izquierda de dónde tú estabas. Se oyeron algunas risas en Slytherin.
-Nos lo pasaremos bien-dijo Millicent que estaba sentada a tu lado, pasando uno de sus brazos por tus hombros.

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PLUS: Cromo Harry Potter, Cromo Gregor Smith, Slytherin.

miércoles, 23 de enero de 2013

Sombrero Seleccionador 2

-No-respondiste sin dudar- Pero guardaré el secreto de...-señalaste el pelufo rosa que sostenía George- eso.
-Es una Mota Pigmeo Rosa-te corrigió George.
-¡Genial!-dijo Fred pasándote un brazo por los hombros y arrimándote a él.- A partir de ahora prometemos no ser demasiado malos contigo, ¡bienvenida al club de fans de los gemelos Weasley!
-¿Qué demonios es eso?-preguntó Lee- ¿Y por qué yo no sé nada de eso?
-¡Porque lo acabamos de crear ahora mismo!-añadió George.
-¡Exacto!-corroboró Fred cogiendo una chapa de la chaqueta de su hermano. Apuntó con su varita a la chapa roja que ponía Gryffindor- ¡Photographius Regard!
Un hilo dorado salió de la chapa y los gemelos lo rozaron con sus dedos.
-¡Estamos encantados de conocerte!-gritó George dándote la espalda, al igual que Fred.
Miraste a Lee enarcando una ceja esperando que él te aclarara algo.
Lee volvió a abrir la revista de quidditch perdiendo todo el interés en los gemelos.
-Sólo espera y verás-fue lo único que te dijo Lee.
Volviste a mirar a los gemelos y ellos se dieron la vuelta.
-¡Aquí tienes!-dijo Fred extendiendo una mano en la que estaba la misma chapa roja
Cogiste la chapa y observaste que ya no era exactamente la misma chapa. Podías ver el inicio de la "G" de "Gryffindor", pero el resto de las letras estaban tapadas por unos gemelos sonrientes, incluso Fred guiñaba un ojo.
-¡Estamos encantados de conocerte!-gritó el George de la chapa sorprendiéndote.
Reíste al ver como los dos gemelos de la foto sacaban sus lenguas a la vez.
Fred te revolvió el pelo.
-Si el hechizo se agota no te pongas a llorar ¿vale?-dijo George- Sólo búscanos y lo haremos de nuevo.
-¿Quieres que cambie tu chapa Lee?-le preguntó Fred acercándose a él. Parecía dispuesto a hacerlo independientemente de la respuesta de éste.
-¡No!-dijo Lee alejándose de Fred- ¿Por qué no le cambias la chapa a tu hermano?
-¡Esa es una gran idea!-George abrió la puerta del compartimento
-Salvo porque ya hemos llegado-se quejó Fred cuando el tren aminoró la marcha hasta detenerse.
-¡Compartís casa! ¡Podéis hacerlo en cualquier momento!-les recordó Lee.
Tuviste la impresión de que sólo intentaba proteger su chapa de Gryffindor.
De repente oíste un ladrido y recordaste a Herbie.
-¡Tengo que irme!-saliste corriendo por el pasillo hasta llegar al compartimento en el que antes habías dejado tu equipaje. Como intuías o habías oído, Herbie estaba ladrando.
Cogiste tu equipaje y a Herbie antes de bajar del tren.
Te sorprendiste cuando una mano gigante te quitó la caja de Herbie.
-¿Qué tenemos aquí? ¿Una bola de pelo?-una hombre corpulento, de más de dos metros y con una barba algo enmarañada, intentó meter la mano por los barrotes de la caja, pero sólo le cupieron algunos dedos.- No ladres o los de primer año no podrán oírme.
Herbie dejó de ladrar y el hombre te tendió de nuevo la caja.
-¡Bienvenida a Hogwarts! ¡Soy Hagrid, el guardabosques y el profesor de Cuidado con las Criaturas Mágicas!
Tú asentiste algo intimidada por su tamaño.
-¡Los de primer año! ¡Los de primer año por aquí!-canturreó Hagrid consiguiendo que más personas como tú se agruparan en torno a él.- ¡Dejad el equipaje aquí y seguidme!- y echó a andar a grandes zancadas sin esperar a nadie más.
Cuando llevabais caminando un rato, la chica de tu derecha tropezó, y tú la sujetaste.
-Gracias-sus ojos eran grisáceos y su cabello miel estaba peinado perfectamente en una coleta. No tenía ni un pelo fuera de su sitio.- Soy Susan Bones-se presentó.
Tú le dijiste tu nombre, y en ese momento llegasteis a un lago en el que había unas canoas a la orilla.
-¡Montaos por parejas o no se moverán!-gritó Hagrid.
-¡Vamos!-te instó Susan.
Las dos subisteis a la canoa juntas y ésta empezó a moverse provocando que las dos estuvierais a punto de caeros. Eso consiguió arrancaros algunas risas.
-¡El castillo es impresionante!-exclamó Susan cuando éste quedó a la vista.
-¡Ya lo creo!-estuviste de acuerdo.
-¡Menos mal! Sé que estoy bastante impresionada, pero es que soy mestiza y no supe nada de la magia hasta hace una semana, cuando me peleé con mi hermana y deseé que le saliera la leche por las orejas... ¡Y así fue! -las dos rompisteis a reír al imaginaros la situación.
-Mis padres son muggles, y yo me he enterado hoy, al principio pensé que la carta era alguna broma.-te sonrojaste al recordar algo- Le he pegado una bofetada a un chico por llamarme bruja-confesaste consiguiendo que volvierais a reír.
Llegasteis al castillo y entrasteis. Una bruja con lo que tu consideraste que era un estereotipo de disfraz de Halloween con su sombrero puntiagudo pidió que os callarais. Ella se presentó como Minerva Mcgonagall, la subdirectora del colegio y la jefa de la casa de Gryffindor. Os explicó que no teníais que preocuparos por nada, que entraríais en el comedor en fila y que cuando dijera vuestro nombre os sentaríais en un taburete y os pondría el Sombrero Seleccionador. Luego éste diría vuestra casa e iríais a sentaros a la mesa que aplaudiera.
Te pareció bastante sencillo, pero te sorprendiste cuando la profesora Mcgonagall dijo tu nombre y que no había recibido tu lechuza que confirmaba tu asistencia al centro.Te sonrojaste y viste que alguien que no conocías se rió de ti hasta que la profesora le miró a él.
-Yo no tengo lechuzas, señora-respondiste.-¡Ah! Padres muggles, es verdad-dijo mirando un pergamino- No te preocupes, se te dará todo lo que te falte, hay un fondo especial para alumnos de familias muggles-te informó.
Tú volviste a sonrojarte cuando la gente empezó a murmurar.
 -¡Callaos!-gritaste al ver que Susan también se estaba avergonzando, seguramente al ser mestiza.-¿Y qué si mis padres son muggles? ¡Si estoy aquí es porque valgo tanto como vosotros!-Tras eso se instauró un silencio de sorpresa.
 -Parece que tiene espíritu, pero por favor contrólese-te ordenó la profesora Mcgonagall, sin embargo, estaba sonriendo.
 Entrasteis en el gran comedor en filas de dos y te fijaste en los cuatro colores de estandártes que había: escarlata con un león dorado, esmeralda con una serpiente plateada, azul con un águila en bronce, y amarillo con un tejón negro. La verdad es que lo hiciste por no mirar a toda la gente que estaba sentada en las mesas.
 Te pusiste más nerviosa conforme empezaban a decir nombres y los alumnos que antes estaban contigo se iban sentando en las mesas que aplaudían. Tal como dijo la profesora Mcgonagall. A veces el Sombrero Seleccionador tardaba unos minutos y otras apenas rozaba el cabello que gritaba una casa. Rogaste por ser de los de la segunda opción. Y entonces dijeron tu nombre.
Te sentaste en el taburete y pusieron el Sombrero Seleccionador en tu cabeza. No dijo nada en un minuto, y tú te fuiste poniendo nerviosa.
-Eres curiosa... pero no lo suficiente para estar en Ravenclaw. No eres de Slytherin, tu valor y tu lealtad prevalecen sobre ingenio...-palpaste tus bolsillos con la esperanza de encontrar algo con lo que no te quedaras sin casa. 
-¡Estamos encantados de conocerte!-la chapa que te dieron Fred y George gritó, consiguiendo que te sonrojaras y que todo el Gran Comedor estallara en risas, hasta el Sombrero Seleccionador tuvo una pequeña risilla.
-Veo que has conocido a dos Weasley...-continuó el Sombrero como si no hubiese habido una interrupción- Te gusta hacer amistades y las valoras por encima de todo. Tienes mucha lealtad y un gran sentido de la justicia, por lo tanto ¡HUFFLEPUFF!
La mesa de los estandartes amarillos con el tejón estalló en aplausos, y tú te dirigiste hacia allí aún sonrojada.
Te saludaron y te dieron palmadas en la espalda, pero sólo te quedaste con un nombre en ese momento: Cedric Diggory, un chico de cabello ondulado y cobrizo que tenía una sonrisa perfecta y estaba sentado enfrente de ti.
Susan Bones se sentó junto a ti en la mesa y te dio un abrazo, consiguiendo que desviaras la mirada de Cedric.
-¡Estoy contigo! ¡De verdad quería estar junto a ti y reírnos aún más! ¿Escuchaste la risilla del Sombrero Seleccionador?
Asentiste y estallaste en carcajadas al recordarlo junto con Susan, como si eso hubiera pasado 50 siglos atrás. Ya no estabas avergonzada por ello, de hecho, sacaste la chapa en la mesa y la enseñaste a tus compañeros de casa, os reísteis todos juntos. 
Viste como Fred y George levantaban los brazos desde el otro extremo del comedor y te saludaban. Levantaste la mano y saludaste de vuelta sonriendo.

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Sombrero Seleccionador 1

Deseosa de tener una varita entre tus manos, asentiste y esperaste a que te dieran las varita.
Cuando te dieron la varita, viste que estaba un poco chamuscada en la punta y que era un poco diferente a las de los gemelos, ya que la tuya era negra y las de los gemelos marrón oscura.
-Es de roble del norte y corazón de dragón-te informó George mientras tú la girabas observándola.
-Disculpa si está un poco chamuscada, es que nuestro hermano Charlie tuvo un accidente en su TIMO de cuidado de las criaturas mágicas.-te explicó Fred.
-El TIMO es un examen que se hace en quinto año-aclaró George.
-Charlie se emocionó demasiado cuando le tocó con un dragón, ahora trabaja con dragones-continuó Fred como si su hermano no hubiese dicho nada.
Lee suspiró y agarró tus manos colocando la varita en tu mano derecha por el mango.
-Se coge así...-la varita se iluminó y notaste una corriente de aire cálida a pesar de que el compartimento estaba cerrado.
-¡Me parece que la varita acaba de cambiar totalmente de dueño!-exclamó Fred con una sonrisa.
-¿Eso puede pasar?-preguntó George confuso.
-Es la primera vez que lo veo-comentó Lee, aún más confuso que George.
El tren aminoró la marcha y paró.
-Ya estamos aquí-sentenció Lee incorporándose a coger su equipaje.
-Sí-asintieron los gemelos a la vez imitando a Lee y cogiendo su equipaje.
-¡Mi equipaje!-recordaste de repente y abriste la puerta del compartimento.
Los gemelos se rieron de tu despiste.
-Busca aun tipo enorme que se llama Hagrid cuando lo tengas, los de primero deben ir con él.-te informó Lee antes de que cerraras la puerta del compartimento y echaras a correr.
Encontraste tu compartimento vacío salvo por tu equipaje, así que lo cogiste, al igual que a Herbie, que había empezado a ladrar al notar movimiento de personas.
Saliste del tren entre la gran masa de personas y viste al tipo grande que te había dicho Lee gritando "¡Primer año! ¡Primer año!" Dedujiste que ése era Hagrid y te acercaste.
Él te dijo a ti y a unos cuantos más que dejarais el equipaje en la acera y que este aparecería luego en vuestra habitación. Os metió prisa diciendo que teníais un largo camino por delante.
Viste un montón de canoas y cómo la gente se subía por parejas.
-¡Oye! ¡Aquí!-te llamó una pelirroja- ¡Si no hay dos personas no se moverá!-Te subiste en la canoa junto a ella y disfrutaste de las impresionantes vistas del castillo.
Oíste una risilla.
-Soy Ginny Weasley-se presentó- Por lo que veo estás bastante impresionada, mi hermano ya me contó que a los de primer año los traen en canoa para impresionarlos.
Le dijiste tu nombre.
-Voy a ser una Gryffindor, como mis hermanos-dijo ella segura de sí misma- ¿Y tú?
-¿Fred y George?-preguntaste recordándolos.- ¿Es que se puede elegir casa?
Ginny asintió dos veces sorprendiéndote.
-Fred y George son mis hermanos, pero también Ron. Charlie y Bill ya terminaron el colegio-te informó.- Y ¡claro que se puede escoger casa! No tienes por qué estar nerviosa, estoy segura de que no terminarás en Slytherin.
-Para los ratas-murmuraste.
Ginny volvió a hacer su risilla.
-Estoy segura de que eso te lo dijo Fred.
Tú te sonrojaste hasta las orejas al recordar su cara tan cerca de la tuya en el compartimento.
Llegasteis al castillo y entrasteis. Una bruja con lo que tu consideraste que era un estereotipo de disfraz de Halloween con su sombrero puntiagudo pidió que os callarais.
Ella se presentó como Minerva Mcgonagall, la subdirectora del colegio y la jefa de la casa de Gryffindor. Os explicó que no teníais que preocuparos por nada, que entraríais en el comedor en fila y que cuando dijera vuestro nombre os sentaríais en un taburete y os pondría el Sombrero Seleccionador. Luego éste diría vuestra casa e iríais a sentaros a la mesa que aplaudiera.
Te pareció bastante sencillo, pero te sorprendiste cuando la profesora Mcgonagall dijo tu nombre y que no había recibido tu lechuza que confirmaba tu asistencia al centro.
Te sonrojaste y viste que alguien que no conocías se rió de ti hasta que la profesora le miró a él.
-Yo no tengo lechuzas, señora-respondiste.
-¡Ah! Padres muggles, es verdad-dijo mirando un pergamino- No te preocupes, se te dará todo lo que te falte, hay un fondo especial para alumnos de familias muggles-te informó.
Tú volviste a sonrojarte cuando la gente empezó a murmurar.
-¡Callaos!-gritó Ginny Weasley, la chica pelirroja que te había acompañado en la canoa- ¡Me gustaría veros a vosotros en un sitio que no conocéis!
El murmullo a tu costa se acalló.
-Gracias señorita Weasley-dijo la profesora mirando a tu amiga- Estoy segura que acabarás en Gryffindor como tus hermanos. Por favor no imites a los gemelos.
-Lo siento, profesora-se disculpó.
Entrasteis en el gran comedor en filas de dos y le diste las gracias a Ginny. Ella sonrió quitándole importancia.
Te pusiste más nerviosa conforme empezaban a decir nombres y los alumnos que antes estaban contigo se iban sentando en las mesas que aplaudían. Tal como dijo la profesora Mcgonagall. A veces el Sombrero Seleccionador tardaba unos minutos y otras apenas rozaba el cabello que gritaba una casa. Rogaste por ser de los de la segunda opción.
Y entonces dijeron tu nombre.
Caminaste y te sentaste en el taburete. Tragaste saliva con fuerza y pensaste que querías que lo dijera ya, que querías estar con Ginny y conocer a todos sus hermanos. Sería cálido estar en una familia numerosa.
Apenas el Sombrero Seleccionar rozó tu cabello gritó:
-¡GRYFFINDOR!
Diste un pequeño salto al bajarte del taburete y fuiste corriendo a la mesa en la que aplaudían. Reconociste a Fred, George y Lee. Te sentaste con ellos y te fijaste en unos estandartes escarlatas y dorados con un León que había sobre tu cabeza.
-¡Cuando la varita de Charlie te escogió, sabía que serías una Gryffindor!-dijo Fred
-¡No podíamos esperar menos!-corroboró George.
Recibiste un montón de enhorabuenas de gente que no conocías que había en tu mesa y una palmadita en la espalda de Lee.
Poco después, tu amiga Ginny Weasley fue a Gryffindor con una sonrisa.

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sangre limpia

-¡Diablos, no!-respondiste. Una cosa es que fueras despistada y no supieras algunas cosas, pero no eras una total ignorante como para ser hija de muggles.
Draco sonrió y estiró las piernas apoyándolas en el sofá de enfrente, en el que tú te hallabas sentada.
-Eres bastante graciosa-Crabb y Goley rompieron a reír tras las palabras de Malfoy corroborándolo.-¿Cómo te llamas? ¿Quiénes son tus padres?-la familia parecía ser bastante importante para él- Crabb, ve y tráeme unas ranas de chocolate-Draco le ordenó a su amigo antes de que pudieras contestar, él se marchó del compartimento.
Les dijiste tu nombre.
-Mis padres son científicos de volcanes, se llaman Cecily y Gregor-respondiste.
-No me muevo por el terreno de los estudiosos, pero deben ser bastante importantes si no han tenido tiempo para acompañarte al tren en tu primer año.-Draco te miró esperando una confirmación a sus palabras.
-Desaparecieron hace años
Tu comentario pareció sorprenderle, ya que enarcó las cejas.
-Eso sí es interesante-sonrió.- Supongo que quieres encontrarlos.
Te recostaste en el asiento y le miraste de la misma forma que él te miraba sin contestar a su último comentario.
-Tengo contactos, si entras en Slytherin quizá te ayude.-al parecer le caías bien.
-¿Y si no entro en Slytherin?-preguntaste sin cambiar tu expresión.
-Lástima para ti entonces, las demás casas no son de mi interés.
La puerta del compartimento se abrió bruscamente y apareció una chica de labios gruesos y ojos grandes y castaños, al igual que su cabello. Era bastante guapa.
-¡Estás aquí, Draco! Empezaba a pensar que habías perdido el tren-cerró la puerta del compartimento y se sentó al lado de Draco.
-Unos chicos de primero nos cedieron el compartimento amablemente-dijo con sarcasmo Draco.

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-Sí no estás de acuerdo con lo último que ha dicho Draco, pulsa aquí o ve a Sombrero Seleccionador 3.

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martes, 22 de enero de 2013

en el tren 2

-No, mis padres son magos-respondiste.
-¿Y no sabes quién es Harry Potter?-insistió Neville.
Esbozaste una mueca.
-Mis padres desaparecieron cuando yo era pequeña, eran algo así como científicos de volcanes-explicaste.
-¡Que guay! Mis padres eran aurores y se enfrentaron a quién-tú-sabes-comentó orgulloso.- Aunque supongo que si no sabes quién es Harry Potter tampoco sabes quién es quién-tú-sabes- Neville se puso colorado.
-Pues no-respondiste interesada.
-Veras, hace algo más de una década, había un mago tenebroso que mató a muchísima gente y odiaba a los muggles-asentiste instándole a continuar, Neville parecía contento de que le escuchases- Pero Harry Potter, cuando era un bebé lo derrotó, y eso que miles de magos murieron intentándolo, incluidos sus padres.
Te sentiste identificada con él, ya que tú tampoco tenías a tus padres contigo.
-¿Cómo lo hizo?
-Nadie lo sabe, ni siquiera él lo tiene muy claro. Lo que sí es cierto es que no salió con más rasguños que con una cicatriz en la frente.
-Vaya Neville, eres un buen narrador de historias.
Neville sonrió sonrojándose de nuevo.
-Hola Neville-una chica rubia pálida y de ojos claros abrió la puerta del compartimento. Llevaba unas gafas opacas a rayas y tenía una voz muy suave- Pasaba cerca y mis gafas me dijeron que teníais una conversación interesante-la chica te miró, o al menos eso supusiste, ya que no podías ver sus ojos.
Te presentaste a la chica.
-Yo soy Luna Lovegood-cerró la puerta del compartimento y se sentó enfrente de ti- ¿De qué hablábais?
-De Harry y quién-tú-sabes-le respondió Neville.
-Harry es buena persona, también tiene conversaciones interesantes-comentó Luna- ¿Quieres un quisquilloso? Las gafas vienen de regalo.-te ofreció.
-¿Qué es un quisquilloso? ¿Y cómo funcionan esas gafas?-Luna te tendió las gafas.
Te pusiste las gafas mientras Luna hablaba.
-Cuando te las pones puedes ver luces de diferente intensidad según el interés que despierte la conversación. Tú brillabas mucho, casi no podía ver las demás luces-Luna estaba brillando, incluso Neville, aunque éste último no decía nada sobre las gafas.
-Sus padres eran científicos de volcanes ¿sabes?-le dijo Neville a Luna.
-¡Oh! Esta semana hay un artículo sobre volcanes en el quisquilloso-Luna sacó una revista y dedujiste que eso era el quisquilloso.
-Mis padres desaparecieron-le aclaraste a Neville- Eso no significa que están muertos.
-Lo siento-se disculpó él.
-¿Cómo pudiste pensar eso, Neville?-le regañó Luna- Pudieron ser absorbidos por el vórtice mágico del volcán, haber hecho un hechizo que interfirió con la magia del volcán ¡o incluso estar en una misión secreta para el ministerio!-miramos a Luna sin entender del todo sus deducciones, sobre todo la última- Es cierto, los científicos son muy valiosos para el ministerio, pueden estar tanto en el mundo muggle como en el de los magos sin alterar el orden, y tienen que buscar explicaciones no-mágicas para la magia, ¿sabéis lo difícil que es eso?
Neville y tú negasteis con la cabeza.
-¡Pues es muy difícil!-insistió Luna.
La puerta del compartimento se abrió de nuevo.
-Sea lo que sea, no es verdad-una chica castaña con el pelo rizado sostuvo la puerta unos segundos y luego la cerró.
-¿Cómo sabes que no es verdad si no has oído todo lo que he dicho?-le preguntó Luna.
-Porque estoy segura que estás hablando sobre el quisquilloso.
-¡Pues no! ¡Estoy hablando de sus padres que están en una misión secreta para el ministerio!-la contradijo Luna.
La chica castaña de pelo rizado te miró cuando Luna te señalo.
-¿Y tú eres?-te preguntó.
Le dijiste tu nombre.
-Yo soy Hermione Granger, y no creo que tus padres estén en una misión secreta para el ministerio si lo ha dicho Luna.-dijo ella con seguridad.
-¡Sus padres no están muertos, sólo desaparecidos!-gritó de pronto Neville.
Se instauró un silencio incómodo.
-Yo-yo...-Hermione estaba mirándote nerviosa- Lo siento mucho, no lo sabía-se disculpó.
-Así que admites que están en una misión secreta para el ministerio-insistió Luna.
Hermione parecía que quería decir algo, pero se mordió los labios mirándote.
-No importa dónde estén, algún día les encontraré y se lo preguntaré.-sonreíste quitándole importancia al asunto- Entonces veremos quién tenía razón.
Luna pareció estar conforme, puesto que no insistió más en el tema. De hecho, te regaló una revista del quisquilloso y unas gafas.
Estuviste hablando con ellos y les preguntaste dónde podías comprar los libros y la varita, ya que te preocupaba el no poder estudiar y aprender como los demás. Les confesaste que al principio pensaste que la carta era alguna broma de tus padres o un reality show, que por eso habías decidido venir.
Todos se rieron, incluida Luna, al pensar que esperabas salir en la tele. Sabías que tus padres eran magos, pero eras demasiado pequeña cuando los vistes por última vez, por lo que no te acordabas que hubiesen mencionado Hogwarts ni la carta.

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explorando

No tenías ni idea de lo que significaba "muggle", así que lo dijiste tal cuál, y él gritó que se refería a si tu padres eran gente no mágica, parecía bastante emocionado o todo lo contrario. No sabías si era para mal o para bien, así que decidiste sonreír y salir del compartimento dejando tu equipaje y a Herbie allí. Sabías que tu perro tenía unos dientes de pekinés y que era capaz de cuidarse solito, aunque no creías que fuera a pasarle nada.
Recorriste el pasillo mientras oías risas en los compartimentos y veías entrar y salir gente constantemente de ellos. Parecían bastante animados.
Te distrajiste durante unos segundos, y te asustaste cuando la puerta del compartimento a tu derecha se abrió mostrando a uno de los pelirrojos que habías seguido.
Os quedasteis mirándoos durante dos segundos sin decir nada, pero al tercer segundo una especie de pelufo rosa apareció por detrás de él y se puso encima de tu blusa. Tú miraste hacia abajo encontrándote con un par de ojos, y cuando estabas a punto de gritar, el chico puso una mano en tu boca y te arrastro dentro del compartimento.
-¡Te dije que no había salido y que no abrieras la puerta!-le gritó un chico pelirrojo idéntico al que te había agarrado y que ahora se encontraba saltado sobre el sofá intentando atrapar al pelufo rosa que ahora sobrevolaba vuestras cabezas.
Viste que había también en el compartimento un chico negro con rastas leyendo una revista de deportes ignorando el alboroto que montaban los pelirrojos.
Miraste la revista en la que había fotos que se movían y te olvidaste de todo lo demás.
-¿Qué demonios es eso?-medio gritaste asombrada señalando una foto.
-¡Es una Mota Pigmeo Rosa!-gritó uno de los gemelos que seguía saltando.
-¿Esto?-el chico negro le dio la vuelta a la revista para ver lo que señalabas- Nikki Heat atrapó la snitch dorada en dos segundos y medio. Al parecer batió un récord, ¿eres fan de los Red's Castle?
Como no tenías ni idea de que estaba hablando le dijiste a lo que te referias.
-¡Las fotos se mueven!-eso consiguió dejar perplejos a todos en el compartimento, incluida a la Mota Pigmeo Rosa, que fue atrapada.
-¿Muggle?-preguntaron los gemelos entre sí mirándose.
-¡No sé qué demonios es eso!-dijiste harta de esa palabra.
-Significa gente no mágica, tus padres no son magos, ¿verdad?-preguntó uno de los gemelos.
-¡Pues claro que no! ¡Mi madre es profesora y mi padre agente de viajes!-al decir eso conseguiste arrancarles unas carcajadas.
El negro de rastas fue el primero en parar de reír.
-Soy Lee Jordan, ellos son Fred y George Weasley. Escucha atentamente por si no te lo dejo claro la carta que estoy seguro que recibiste: eres una bruja.
Le pegaste una bofetada cuando te insultó.
-¡Y tú eres un imbécil!-le gritaste después.
-¡Tranquilízate!-te pidió Lee  ignorando las fuertes carcajadas de los gemelos.-¡Mira a tu alrededor!-te dio la revista y señaló a la Mota Pigmeo Rosa- ¿No atravesaste una columna para coger el tren?
Y de repente recordaste la carta, y todas las cosas raras que habías visto. Tocaste las fotos de la revista esperando tocar una pantalla, no papel. Era papel.
-¿Quieres que usemos la magia?-te preguntaron los gemelos con unos pequeños palos de madera en ristre.
-¿Qué es eso?-preguntaste señalando los palos.
-Son varitas, ¿no tienes una?-preguntó uno de ellos.
-¿Era a eso a lo que se refería en la carta?
-¡Dumbeldore va a flipar!-gritó el otro pelirrojo.
-¿Y el Callejón Diagon? ¿No compraste tus cosas allí?-preguntó Lee.
-¿Tenía que comprar los libros allí? ¿Dónde está eso?-preguntaste.
-¡Eres alucinante!-gritaron los gemelos a la vez antes de chocar las manos.
-No entiendo cómo has llegado hasta el tren...-comentó Lee mientras tú volvías a mirar la revista.
-Novata, siento el haberte asustado antes-dijo distrayéndote el pelirrojo que supusiste que te había arrastrado al compartimento. Tenía su cara demasiado cerca de la tuya, y estaba sonriendo como si estuviera ante un espécimen raro.-Yo soy el más guapo, Fred.
-Eso es discutible, ya que somos iguales-le replicó el que dedujiste que era George.
-¡Idiota! He dicho el más guapo, lo que significa que de los dos guapos que somos, yo soy el guapo, ¡te estaba llamando guapo!-le dijo Fred.
Mientras los gemelos parecían tener un monólogo, o discutir, Lee comenzó a explicarte:
-Eres una bruja porque tienes poderes, por eso te llegó la carta. Tus padres no los tienen, por lo que son muggles, eso significa gente no mágica.-tú asentiste- Hay cuatro casas en Hogwarts, te pondrán el Sombrero Seleccionador encima y éste te dirá a qué casa irás según tus habilidades o carácter. Las casas son Hufflepuff (para los justos y leales), Ravenclaw (para los inteligentes), Slytherin (para los astutos) y Gryffindor (para los valientes).
-Nosotros tres vamos a Gryffindor-aclaró Fred.
-¡Y Slytherin no es para los astutos es para los traicioneros!-le corrigió George a Lee.
-¡Para las ratas!-estuvo de acuerdo Fred.
Lee suspiró.
-Yo repito las palabras del sombrero Seleccionador, no es que no esté de acuerdo con vosotros.-aclaró.
-¡Tengo una idea!-dijo Fred- Ella necesita una varita, ¿por qué no le damos la vieja varita de Charlie?
-¡Sí! ¡Será suya si promete guardar el secreto de la Mota Pigmeo Rosa!-les miraste sin enterarte del todo- No te ofendas, es sólo que va a ser nuevo producto y no queremos competencia.
-¿Qué dices? ¿Aceptas la vieja varita de Charlie?-te preguntó Fred.

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desorientada

Te quedaste donde estabas por poco tiempo, pues alguien chocó contigo tirándote al suelo.
-¿Qué demonios haces ahí parada? ¡Si no quieres ir búscate otro sitio, pero no estorbes a los que tenemos prisa!-te gritó un chico con el pelo rubio plateado.
Te quedaste tirada en el suelo pensando que aquel chico parecía saber a dónde querías ir.
-Draco, todo el mundo nos está mirando- dijo un chico moreno y alto cruzándose de brazos que iba detrás del chico rubio.
-¿Qué hacemos?-un chico castaño miró alrededor y se rascó la cabeza.
-¡Estúpidos! ¡Coged sus cosas!-ordeno el rubio, que se llamaba Draco y parecía bastante estresado.
Viste como el moreno empujaba tu equipaje y como el castaño agarraba la caja de Herbie.
-¡Eh...!-empezaste a quejarte, cuando Draco te susurró que te callaras y te agarró de la mano.
Os deslizasteis bastante rápido hasta estar entre el andén 9 y 10. Y no parasteis. Quisiste gritar, pero de tanto correr te faltaba el aliento y no salió más que un gemido después de atravesar la columna que había entre los andenes.
Miraste hacia arriba mientras Draco te seguía arrastrando y viste un cartel que ponía andén 9 y 3/4.
Entrasteis al tren cuando éste ya comenzaba a moverse y sentiste que Draco casi te dislocaba el brazo. Él abrió el primer compartimento y les ordenó a unos críos que se largaran. No tardasteis en tener el compartimento vacío.
-¿Y tú que haces todavía aquí?-te preguntó Draco mientras recuperaba el aliento.
Tú miraste vuestras manos que aún estaban unidas y él la soltó rápidamente sentándose al lado de la ventana mientras sus amigos colocaban el equipaje encima de vuestras cabezas.
-Bueno-continuó Draco como si no hubiera dicho nada- Ya que estás aquí quédate. Mi nombre es Draco Malfoy y ellos son Crabb-señaló al castaño- y Goley-señaló al alto y moreno.
Te presentaste y te sentaste con ellos.
-¿Se puede saber qué hacías parada en medio de la estación?-te preguntó Draco- Más vale que me des una buena explicación, casi perdemos el tren por tu culpa.
-No encontraba el andén-respondiste con sinceridad.
Crabb y Goley se rieron, pero se callaron cuando Draco levantó una mano pidiéndoles silencio.
-¿Primer año?
Asentiste.
-¿Muggle?
De repente se fomó un silencio en el compartimento esperando tu respuesta.

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En el tren

Les seguiste a una distancia prudencial, sintiéndote como un agente secreto. Cerraste los ojos un momento y... dos personas acababan de desaparecer. No podías creerte lo que acababas de ver, así que esta vez prestaste más atención y observaste cómo desaparecían en una columna.
Miraste alrededor y pensaste que era increíble que nadie más se hubiese dado cuenta. Fue entonces cuando te diste cuenta que estabas entre el andén 9 y 10. Ése era el andén que estabas buscando y lo supiste al instante, así que te alegraste de haber seguido a esos chicos en su mayoría pelirrojos.
Les seguiste y atravesaste la columna yendo a parar, como esperabas, al andén 9 y 3/4.
Miraste a Herbie, esperando verlo tan perplejo como estabas tú, y viste que estaba hecho un ovillo y que no emitía sonido alguno.
Silbaste y pensaste que después todo, quizá no fuera un reality show o quizá te faltaban un montón de tornillos, pero no eras la única.
Había un montón de familias que se despedían de sus hijos por las ventanas del tren. Decidiste no esperar más y subirte, pues faltaban apenas dos minutos para las 10 y media y no querías perder el tren.
Subiste con tu equipaje, teniendo cuidado con Herbie, y abriste un par de compartimentos en el tren que estaban llenos, por lo que apenas te echaron una mirada.
Fuiste hasta casi el final del pasillo hasta encontrar uno en el que sólo había una persona y otro sitio ocupado por el equipaje.
-Disculpa, ¿puedo sentarme aquí? Los demás están llenos.
Al chico moreno, algo regordete y peinado con esmero hacia un lado, pareció que se le iluminaba la cara cuando asintió con entusiasmo.
Colocaste tu equipaje y viste de reojo que tenía un sapo en la mano, supusiste que sería su mascota y decidiste sacar a Herbie de su caja y ponerlo encima tuya.
Observaste al chico que no paraba de sonreír, así que le devolviste la sonrisa algo extrañada y te presentaste con la esperanza de que hablara.
-Yo soy Neville Longbottom, y el equipaje que tienes al lado es de Luna Lovegood. Hermione dijo que vendría después de saludar a Harry y a Ron.
Asentiste sin saber de quién hablaba, pero él pareció notarlo.
-Harry Potter-dijo como si debieras conocerlo.- El niño que sobrevivió-añadió.
Tú volviste a asentir.
-¿Eres muggle?

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