viernes, 8 de noviembre de 2013

Slytherin 1

Estabas cansada de estar sonriendo constantemente y asintiendo a todos los consejos que te daban en la mesa Slytherin, era curioso que todos afirmaran pensar humildemente en ti, sin la menor intención de lucro, y que era justo considerarlos a todos ellos tu familia... bla bla bla. Dejaste de escuchar y simplemente asentiste. Te parecieron bastante egocéntricos y pensante que quizá no deberías haber amenazado al Sombrero Seleccionador para que te pusiera en Slytherin. Quizá no deberías estar en esta casa... No te gustaba sentirte como si acabaras de ingresar en la mafia. Pero entonces pensaste en tus padres, y te diste cuenta de que todo sacrificio valía la pena por ellos. Tu lema siempre había sido "sin arrepentimientos" y sabías que te arrepentirías si no hacías todo lo posible y más por encontrarlos.
De repente todos se callaron y te observaron. Al parecer esperaban a que dijeras algo, y Draco te miraba más intensamente esperando una respuesta.
-¿Y bien?-insistió él.
Reaccionaste rápido.
-Estoy de acuerdo con lo que sea que quieras, D- Malfoy- te corregiste a tiempo antes de decir su nombre porque sabías que a Pansy le molestaba.
Draco sonrió satisfecho con tu respuesta.
Vendiste tu alma al diablo (uno muy atractivo, pero diablo al fin y al cabo) esperabas que mereciese la pena.
-Si ella va, yo también voy- una chica rubia de ojos celestes sentada cerca tuyo, se sonrojó al recibir aplausos en la mesa, después se volvió hacia ti y sonrió- Lo haremos bien-afirmó.- Soy Daphne Greengrass, por cierto.
Sonreíste de la misma forma y asentiste, aunque un sudor frío se asentó en tu cuello al no saber exactamente (no tenías ni idea) a lo que te habías comprometido.
Sentiste una mirada sobre ti, más pesada que las demás, por lo que buscaste en la mesa, y al final, en una esquina, con asientos vacíos a su alrededor, tu mirada se cruzó con la de un chico con el pelo azul oscuro. Él devoraba una manzana, pero aún así, no apartaba sus ojos de ti.
-Decidido entonces,-dijo Draco agarrando tu mano sobre la mesa y captando tu atención. Notaste una ligera arruga de molestia en su frente, y presentiste que aquel chico y Draco no debían de llevarse muy bien- Mi mascota y compañía-hizo un ademán con la mano hacia Daphne- se harán pasar por alumnos de Gryffindor al salir del comedor y averiguarán su contraseña para nosotros.
Oh-oh
-¿Y cómo saldrán cuando la averigüen?-preguntó Goyle- Una vez que todos entren en la sala común y ellas no... será difícil que puedan salir sin ser vistas. El toque de queda a las nueve ya habrá pasado y si se quedan las descubrirán.
-Silencio, Goyle-le calló Pansy, tras eso te miró con una sonrisa- Son auténticas Slytherin, sabrán arreglárselas- tuviste la sensación de que ella quería que fallases.
-Nuestro prefecto está en la enfermería, Goyle, por culpa de esos gemelos Weasley, debemos vengarnos-dijo Crabb, Draco le palmeó la espalda.
-Bien dicho Crabb.
-A no ser... que les falte valor, claro-añadió Pansy.
Todos os miraron
-El valor es de Gryffindor...-comentó Millicent a tu lado- Eso dijo el Sombrero Seleccionador.
Draco rió rompiendo el silencio que se había formado mientras Pansy fruncía el ceño hacia Millicent.
-Ahí te ha pillado, Pansy-todos rompieron a reír junto con Draco.-Además, si no lo hacen, más tarde nosotros no podremos colarnos en su sala común...-Draco os dirigió a ti y a Daphne una mirada de advertencia.
-Que suerte que no sólo vamos a intentarlo, sino que lo lograremos.
-Pansy, recuerda que eres la prefecta y que debes de cubrirlas esta noche si Snape pregunta algo.
-Sí...
La gente pareció haber terminado de comer, así que la comida desapareció de los platos.
 -Y ahora-dijo Dumbeldore-Os deseo buenas noches, los prefectos acompañarán a los de primer año a sus casas. Todos los alumnos del Gran Comedor, excepto los de Hufflepuff, se levantaron de sus mesas.
Daphne y tú os levantasteis dispuestas a iros con los de Gryffindor.
Tu corazón latía ensordecedoramente y te sudaban las manos, entonces sentiste como Millicent le daba un apretón a tu mano.
-Suerte-te deseo.
-Gracias-le sonreíste.
Seguiste a Daphne al salir del Gran Comedor y pronto os mezclasteis con los de Gryffindor, pero al doblar una esquina miraste hacia atrás y viste que aquella era tu última oportunidad de abandonar.
-Hazlo bien- Daphne le dió un apretón a tu hombro y se perdió por otro pasillo alejándose de los de Gryffindor.
Te había abandonado. Si no les seguías tú, ningún Slytherin conseguría la contraseña. Pero si Daphne no lo hacía, tú no tenías por qué hacerlo ¿no?

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